martes, mayo 25

Atínale al Precio!!

Boleto de camión Torreón-DF : $700
Ticket de estacionamiento de la Central de Autobuses: $10
Botella de Tequila + refrescos: $250 ( entre 5 personas)
Que sea tu primer día en el DF, te lleven a una fiesta de puro desconocido, todos se pongan ebrios y tengas que ser el conductor designado en una ciudad monstruosa y desconocida: no tiene precio.

Martes, 25 de mayo. 2010

     Son las 8:16 p.m. en el centro de la Ciudad de México, específicamente en uno de los jardines del palacio de Bellas Artes. El sol se está metiendo, la temperatura es fresca, muy agradable; puedo escuchar los sonidos de los autos, el bullicio de distintas conversaciones (mi papá es... andale mamita, una monedita.. el lloriqueo de una niña por un juguete brillante, risas, gritos por cucharachas..) y el sonido de uno de esos aparatos (que hoy aprendí gracias a @Roman Franco Wilfrido Ramírez que son de origen alemán) que al girar una palanca, dan una música bien padre.

     Es la primera vez que escribo desde hace mucho tiempo, aunque es la enésima vez que pienso en hacerlo. Hace dos semanas estaba en trabajos finales con estrés al 100, hace una semana estaba llorando por adoptar papeles que en realidad desempeño muy bien, y que sé que son parte de mi, pero no acepto...

     Llegué aqui con muchos miedos: a los robos (que gracias a Dios no me ha tocado ninguno hacia mi), al tráfico (del que no he sido parte porque siempre me muevo en metro), a los temblores (que hoy hubo uno, y ni lo sentí.. me enteré por twitter de él), al trabajo que desempeño, y en pocas palabras a lo desconocido. Pero ahora que llevo cuatro días aquí, siento que he estado aquí siempre, que aquí pertenezco y que mis miedos son sueños lejanos.

     Durante mi corta estancia aquí, he conocido una parte de mi que me está gustando mucho, de la que tenía ideas de su existencia pero ninguna confirmación...

     Mi primer día salí con amigos de Lety: les recomiendo ir a una fiesta con puros desconocidos, es de lo más extraño y divertido; al día siguiente fui a Tepito (lugar del que mis ideas eran demasiado sombrías a lo que es en realidad), a Bellas Artes y a una fiesta de puros extranjeros, que aman este país de una forma que pocos mexicanos lo hacemos.. y el domingo, así como Dios, no hice nada más que descansar.

     El lunes fue mi primer día de trabajo, y conocí a los chavos (quienes son las personas con las que más trabajo me ha costado relacionarme en toda mi vida); su vida es la calle, la violencia, el sexo y las drogas. Lo que intentamos hacer en el centro es vincularnos con ellos, y al final ayudarlos a decidir por otra opción de vida, lejos de la calle.

     Fuimos (ese lunes) a un museo muy fresa; que se encuentra dentro de un mall muy fresa, propiedad de la persona más adinerada (no escribo rica) del mundo; y fue en ese lugar donde pude vivir en carne propia las miradas de miedo y desprecio que las personas damos a los niños de la calle, me sentí en realidad y por primera vez en mi vida: diferente. No como me lo he planteado muchas veces antes: soy diferente porque mis gustos son mejores y extraños, porque tengo privilegios, inteligencia y razonamiento crítico; sino me sentí diferente por estar con los niños y chavos de la calle. Me di cuenta de lo hermosas que son las personas que ayudan sólo por ayudar, sin ningún motivo alterno o alterado.

     Es un trabajo duro, pero que está trascendiendo en mi yo integral de una manera muy profunda.

     La temperatura sigue fresca, la gente y los autos son inacabables, la música de las máquinas germanas continúa alegrando la tarde; pero ya anocheció, y como ya no puedo ver lo que escribo en mi cuaderno viajero, los dejo.

8:47 p.m.

 (aunque la imagen es pequeña, se aprecia la belleza artística de Bellas Artes)

domingo, mayo 9

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